¿Qué pasaría si ganaras dos millones de dólares en la lotería? ¿En qué gastarías tu dinero?
Es una fantasía muy agradable así que vamos, usa tu imaginación. ¿Ya? ¿Qué te compraste? ¿Una residencia para ti o para tus padres? ¿Un auto de lujo? ¿Viajes por todo el mundo? ¡Con dos millones serías feliz! ¡Se acabarían todos tus problemas! ¿O no?
La buena noticia es que para resolver tus dificultades económicas, sentirte próspero y feliz, no es necesario que te ganes la lotería.
La mala noticia es que si te la ganas, tus millones no podrán resolver estos tres dilemas.
1. El dinero no resuelve los problemas de dinero
Espero que en tu fantasía del premio mayor, casi toda tu riqueza haya ido a parar a inversiones diversificadas. En caso contrario, y si ya tienes problemas económicos, lo más probable es que, aunque ganaras millones, en poco tiempo volverías a estar en quiebra.
Es decir, si hoy gastas el 100% de tu ingreso, siendo millonario también lo harás. Solo cambiarán tus expectativas: si antes aspirabas a un vocho, siendo rico comprarás un auto de lujo. Si hoy te conformas con una casita, con mucho dinero desearás una mansión.
Tal vez te sorprenda saber que, en menos de cinco años, muchos de los ganadores de la lotería están igual o más endeudados que antes. ¿Quiénes? ¡Los que no administraban bien sus recursos antes de recibir el premio!
Muchos desean dinero, pero pocos se ocupan de aprender a administrarlo.
Tengo un amigo a quien siempre he aconsejado moderar sus gastos, pero no me hace caso; dice que prefiere ganar más. Y lo ha logrado: su ingreso se cuadriplicó en solo cinco años, pero sigue quedándose sin un quinto al final del mes… y sus deudas van en aumento. Desatender los egresos te destina al fracaso financiero.
2. El dinero no te hace sentir próspero
Imagina que ya tienes tu mansión y un Lamborgini estacionado enfrente. Sales de vacaciones a menudo y te hospedas en hoteles de cinco estrellas. Sólo un detalle: todos tus vecinos y familiares viven en una mansión tres veces más grande que la tuya, y poseen autos mucho mejores. Ellos viajan más a menudo que tú y se quedan en hoteles más costosos. ¿Te sentirías igual de próspero si todos a tu alrededor te vieran como pobre?
Los seres humanos usamos la comparación para crearnos una opinión sobre nosotros mismos. De acuerdo con estudios, la sensación de riqueza no depende de tu estándar de vida, sino de la riqueza de quienes te rodean.
la sensación de riqueza no depende de tu estándar de vida, sino de la riqueza de quienes te rodean
Por ejemplo, entre los años cincuenta y setenta, el ingreso real per cápita en Estados Unidos aumentó un 62% y, sin embargo, la proporción de gente que se consideraba feliz prácticamente no cambió. Tibor Scitovsky, autor de Frustaciones de la riqueza, llama a este fenómeno “rankhappiness” o “felicidad de acuerdo al rango”.
Compararse con los demás es natural, pero no lo mejor. Es necesario que las finanzas personales reflejen nuestros valores y prioridades, en lugar de quedarnos en la quiebra para impresionar a los demás.
3. El dinero no siempre da felicidad
La relación entre el dinero y la felicidad es compleja. Ciertos estudios aseguran que el bienestar aumenta con el ingreso, solo hasta cierto punto, después del cual el aumento de responsabilidades y horas de trabajo requeridos para obtener mayor riqueza revierten las ventajas.
Pero como nuestro dinero de lotería lo ganamos sin esfuerzo y sin descuidar familia, amigos o salud, podemos gastárnoslo para ser felices, ¿cierto?
No tan rápido, la investigación de Robin Roth titulada “Ahorros y felicidad”, argumenta que en realidad no es el ingreso el que determina el aumento del bienestar, sino dos fuertes predictores de la felicidad que este ingreso suele permitir: control de la vida propia y tiempo libre. Al gastar el dinero, obtenemos una satisfacción temporal, pero si lo ahorramos, éste nos proveerá una sensación de libertad personal duradera y nos permitirá tomar decisiones más congruentes con nuestros valores y metas.
En resumen, si administras tu dinero, gastas de acuerdo a tus valores y aumentas la riqueza acumulada para ampliar tu libertad personal, lograrás que el dinero sea tu mejor herramienta. De lo contrario, no habrá riqueza en el mundo que te satisfaga.
Fuente: dineroenimagen
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