Tim Denning
¿Quieres un Ferrari? Bueno pues, no llegará de manera fácil, tendrás que esforzarte como nadie para obtenerlo. Recuerda: puedes tener juguetes lujosos, solo no te obsesiones con ellos.
Tener un Ferrari es complicado, debes luchar con tus demonios internos para conseguirlo porque es dentro de tu mente donde sucede el éxito. Encuentra la manera de hacerlo valer además de descubrir la forma de conseguir el dinero, para después introducirte en el distribuidor oficial de Ferrari y dirigirte al vendedor diciendo, “Ese rojo de ahí será mío”. Y no, no me refiero a obtenerlo a través de un arrendamiento, sino a un fuerte pago en efectivo.
Ojo, el tema aquí no es el auto deportivo. En lugar de enfocarse en lo material que en este caso es un Ferrari, dejemos que se convierta en una metáfora acerca de lo que es posible y la manera de lograrlo. Es momento de sentar cabeza y poner atención a lo que estoy por decirte.
Aquí las 10 barreras que se interponen entre tú y el éxito, o bien, un Ferrari.
1. Falta de actitud
La actitud que tienes en este momento es determinada por las ideas y actitudes que moldean tu manera de pensar. Si tu disposición no es buena, es momento de llenar con nuevas ideas y actitudes esa esponja a la que llamamos cerebro. Domina la mente y obtendrás el Ferrari. Todos los puntos de aquí en adelante son secundarios.
2. ¿No crees que todo es posible?
Si tienes creencias absurdas acerca de la manera en que funciona el mundo, entonces tus resultados serán iguales. Estos resultados pueden ser ridículamente increíbles o ridículamente tristes. Lo que quieras creer es tu decisión. El chico que pasa por las mañanas a toda velocidad en el nuevo Ferrari rojo, simplemente cree que es posible tenerlo, no es más inteligente que tú, solo tiene fuertes creencias.
3. Eres flojo
Levántate temprano y deja de soñar. La verdadera alarma se detiene, y te dices a ti mismo: “necesito unos minutos más”. Está decisión, es la misma que cuando decidiste obtener un Ferrari y te propusiste comenzar por ganar el sueldo mínimo. La decisión que tomes al comienzo de cada día, determinará el resto del mismo. ¡Despierta!
4. Piensas que no debes esforzarte
Te voy a decir un secreto, ninguna persona que maneje un Ferrari, lo obtuvo esforzándose poco. Estas personas no dejaron de trabajar a las 5:01 de la tarde. No odiaban a sus jefes, ellos salían, mataban a los demonios y se vendían con todo aquel que quisiera escuchar. Mientras que los otros competidores terminaban a las 5:00pm, ellos apenas comenzaban.
5. Pasas el tiempo en busca del éxito ajeno
Si la noche anterior pasaste tu tiempo en Instagram, entonces es probable que estés enfocado en el éxito de otros y no en el tuyo.
El éxito que observas que tienen los demás, es producto de tu imaginación. Muchas de estas personas que usan redes sociales, los que influencian los estereotipos, no son reales y difícilmente pueden despertar por la mañana y no sentir la resaca de la falsedad de lo que publicaron una noche anterior.
Enfócate en tu éxito y en los hábitos que necesitas implementar para formar resultados y encontrar algo que te motive día con día. El éxito es el resultado de pequeños pasos que se construyen con los días, generando una motivación para lograr una meta que borrará la sonrisa de cualquier engreído.
"El éxito es el resultado de pequeños pasos que se construyen con los días"
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6. Realizas negocios con pocas ganas
En los negocios, existen dos clases de personas, los que tienen pasión y los que apenas tienen ganas. Las personas con las que quieres trabajar, son aquellas que tienen tanta pasión, que se les desborda por los ojos.
Los zombies ensimismados que se obsesionan con pagar la hipoteca en lugar de enfocarse en su vida, son los que se interponen en tu camino. Ser conocido por tratar con los mejores proveedores y reclutadores además de contratar a la mejor gente. Ser conocido por ser el mejor en lo que haces.
7. Piensas que el mundo te observa
En el momento en que tu mente entra en paranoia por pensar en el mundo, tu sueño acerca del Ferrari queda oficialmente muerto y enterrado junto con los empresariales.
Nadie intenta secuestrarte, y la red no quiere apoderarse del mundo ni robar tu información. No necesitas apagar tu celular y nadie te está escuchando. Cualquier manifestación de paranoia construirá un muro de 40 metros entre tú y tener el Ferrari. El universo quiere que seas exitoso. Los retos son la garantía, la manera en que los abordes, depende de ti.
8. No haces realmente lo que te apasiona
La pasión por algo no puede fingirse. A veces nos mantenemos en un estado de confort mintiéndonos acerca de la manera en que nos ganamos la vida. En lo que averiguas cuál es tu pasión y qué es lo que hace latir más rápido tu corazón, seguirás atrapado.
"La pasión por algo no puede fingirse"
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Todos los días al despertar debes sentirte como sábado o domingo. Los motivos para ir más allá de las barreras serán más claros, y no volverás a tener miedo.
9. Tu ego está fuera de control
Solo porque tuviste un poco de éxito en algo, no creas que te da el derecho de menospreciar a alguien. Tu ego no es tu amigo, es tu enemigo. Tu ego te hace pensar que eres invencible, y no te deja ver las estrategias necesarias para conseguir el Ferrari.
10. Aún no comienzas
Hablar es cosa fácil, y todos tienen algo que decir. Las acciones son las que se encuentran entre tú y ese Ferrari. Sé consciente de tus acciones y prepárate para fracasar y aprender mucho de eso. Con cada caída, viene la oportunidad de hacerlo mejor la próxima vez.
Warren Buffett no despertó un día y se convirtió en un genio de la inversión. Se introdujo en el mercado por años y sobre todo empezó desde abajo, él no intentaba hacer millones cada noche. Utilizó su paciencia y su habilidad de negociación para alcanzar una mejor posición.
Asó que ya sabes, mientras más hables de lo que vas a hacer, más va a superarte la competencia en todos los aspectos. Entonces, ¿qué te detiene para ser exitoso?
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