Cuando Jim Koch renunció a un trabajo muy bien pago de consultoría para lanzar The Boston Beer Company desde su cocina, su papá le dijo que era “la idea más tonta que había oído”.
Koch, que avanzó para convertir una receta familiar en un imperio de cerveza artesanal de $2,000 millones, aprendió que a veces es mejor escuchar a tu instinto que a tu papá.
Dicho esto, aún cree que las dos enseñanzas más importantes que les puedes dar a tus hijos son valores que sus padres le inculcaron de pequeño.
Koch le cuenta a CNBC Make It: “Lo que sí me transmitieron mis padres y realmente valoro son el amor por la educación y el aprendizaje, y la ética laboral“.
“Si puedes transmitir eso a tus hijos, les habrás dado una enseñanza que no tiene precio”.
Este emprendedor de 69 años, que hoy apoya a pequeñas empresas a través de su programa “Brewing the American Dream”, tiene cuatro hijos, dos de cada uno de sus matrimonios.
Sus dos hijos mayores “crecieron cuando aún no tenía mucho”, comenta Koch, que perdió $2 millones en la primera etapa de The Boston Beer Company. “Estaban en la adolescencia y en su habitación no cabían dos camas. Solo había espacio para una litera y una cómoda, eso era todo”.
Sus dos hijos menores crecieron en una etapa en la que su negocio ya había despegado.
De hecho, fue su hija menor la primera en caerle con la noticia de que se convertiría en multimillonario. “Servía helado por $7 la hora”, Koch le cuenta a CNBC Make It. “Una joven le preguntó: ‘Dios mío, leí en el periódico que tu papá es multimillonario.
¿Por qué estás sirviendo helado por $7 la hora?’ La miró y le respondió: ‘¡Porque necesito el dinero!'”.
“Estoy muy orgulloso de ella”, continúa Koch, quien sostiene que la mejor manera de enseñar ética laboral es predicar con el ejemplo. “Me vieron trabajar muy fuerte y disfrutarlo.
Así que de allí aprendieron que el trabajo puede ser gratificante y no tienes por qué verlo como algo negativo. Trabajar mucho puede hacerte sentir una gran satisfacción”.
Koch no es el único millonario que incentiva a sus hijos a ganarse su propio dinero.
La hija de 12 años de la millonaria Barbara Corcoran trabaja dos horas por semana en un spa de perros, donde limpia las casillas de los perros y los saca a pasear. “Incentivar a tu hijo a que consiga un trabajo en lugar de pasar otro día en un campamento o algo por el estilo es más importante que la educación que pueda recibir en el salón de clases”, es lo que le cuenta la estrella de “Shark Tank” a CNBC Make It.
Cuando tus hijos tengan la edad adecuada, incentívalos a trabajar, opina Corcoran, porque es mucho más probable que un joven que aprende a manejarse por sí solo pueda triunfar.
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