Por Marc Chernoff
Las personas más infelices en este mundo son las personas que se preocupan demasiado por lo que piensen los demás.
“¿Qué tiene de malo querer agradar a los demás?”
Es lo que varias personas me preguntaron por e-mail en respuesta a uno de mis artículos recientes. Hoy, quiero hablar de por qué no es saludable tratar de complacer a todos, y cómo dejar de hacerlo.
Buscar la aprobación de los demás está perfectamente bien hasta el punto en el que estés comprometiendo tu salud y felicidad en el proceso. Se convierte en un problema serio si sientes como si la aprobación generalizada de los demás, es el oxígeno que necesitas para respirar. Hubo un tiempo en mi vida en el que me sentía exactamente así.
Yo, literalmente, sentí como si me faltara el aliento, casi como si me fuera a morir si mis compañeros no me aprobaban. Esta es una condición que desarrollé en mi mente cuando era muy joven, luego de que los niños en la escuela primaria se burlaran de mí por ser un “nerd.” Hice todo lo que pude para ganar su aprobación. Y a pesar de que crecí bastante y temprano en mi adolescencia, el daño estaba hecho; quedé con la sensación de inseguridad. Estaba condicionado a buscar y pedir la aprobación de los demás, en todo momento.
El gran problema era que, al graduarme de la universidad con veintitantos años y entrar a la fuerza laboral, sentí que todo lo que hacía (o incluso pensaba) sólo tenía validez si era “lo correcto” para decir y pensar. Y por “lo correcto”, lo que realmente quiero decir es “lo que otras personas pensaban que era lo correcto.” Estaba aterrorizado de dar un paso fuera de la aceptabilidad; lo cual era especialmente dañino para mi creatividad mientras trataba de cultivar mi pasión por la escritura y los blogs.
Una vez que me di cuenta de lo que estaba haciendo, leí varios libros, hablé con un coach, y me enfoqué con diligencia a curar esa parte dañada de mí.
El punto es que buscar constantemente la aprobación, te fuerza a perderte la belleza de ser simplemente tú mismo, con tus propias y únicas ideas y deseos. Si pasas por la vida sólo haciendo y siendo lo que crees que los demás esperan de ti, entonces, de alguna manera, dejas de vivir.
Así que ¿cómo puedes dejar de temer a lo que los demás piensen de ti? Echemos un vistazo:
1. Siéntete cómodo con no saber lo que los demás piensan.
Cuando empecé a escribir en este blog, agonice por saber si la gente pensaría que lo que estaba escribiendo era lo suficientemente bueno. Desesperadamente esperaba que les gustara, y muchas veces me sorprendí a mí mismo imaginando que no lo hacían. Entonces, un día me di cuenta de cuanta energía estaba perdiendo al preocuparme por eso. Así que aprendí gradualmente a relajarme con simplemente no saberlo.
Algunos problemas en la vida, como no saber lo que los demás piensan de ti, no están realmente destinados a ser resueltos. De todos modos, cómo la gente te percibe puede tener más que ver con ellos que contigo. Incluso puede que les agrades o no, simplemente porque has disparado una asociación en sus mentes recordándoles a alguien que les agradaba o disgustaba en su pasado, lo cual no tiene absolutamente nada que ver contigo.
Así que aquí tienes un nuevo mantra para ti; dilo, y luego dilo otra vez: “Esta es mi vida, mis elecciones, mis errores y mis lecciones. Mientras no lastime a la gente, no tengo que preocuparme por lo que piensen de mí.” (Angel y yo hablamos con más detalle sobre esto en los capítulos “Self-Love” y “Relationships” de “1,000 Little Things Happy, Successful People Do Differently“)
2. Entiende que la mayoría de las personas no están pensando sobre ti de todos modos.
Ethel Barrett dijo una vez: “Nos preocuparíamos menos sobre lo que los demás piensan de nosotros, si nos diéramos cuenta de lo poco que lo hacen.” Nada podría estar más cerca de la verdad.
Olvídate de lo que los demás piensen de ti, lo más probable es que ni siquiera estén pensando en ti de todos modos. Si sientes como si siempre estuvieran, comprende que esa percepción de que te están viendo y criticando cada movimiento, es un producto de tu imaginación. Son tus miedos e inseguridades los que están creando esta ilusión. Eres tú juzgándote a ti mismo el problema.
3. Acepta que la opinión de otra persona no es tu problema.
¿Cuántas veces miraste a una persona e inicialmente juzgaste mal su brillo? Las apariencias engañan. Cómo le pareces a alguien y cómo eres realmente rara vez convergen. Incluso si entienden la esencia básica de quién eres, aún así están perdiendo una gran pieza del rompecabezas. Lo que alguien piense de ti rara vez contendrá toda la verdad, lo cual está bien.
Si alguien forma una opinión sobre ti, basado en superficialidades, entonces les toca a ellos, no a ti, reformar esas opiniones basándolas en un punto de vista más objetivo y racional. Deja que ellos se preocupen; eso es, si es que tienen alguna opinión después de todo.
En pocas palabras: Las opiniones que otras personas tengan sobre ti es su problema, no el tuyo. Cuanto menos te preocupes por lo que piensen de ti, menos complicada se volverá tu vida. (Lee The Four Agreements.)
4. Pregúntate: “¿Lo que piensen, siquiera importa?”
La gente pensará lo que quiera pensar. No importa lo cuidadosamente que elijas tus palabras y gestos, siempre hay una buena probabilidad de que alguien las malinterprete y distorsione. ¿Importa realmente en el gran esquema de las cosas? No, no lo hace.
Cómo te ven los demás no es importante. Cómo te ves a ti mismo significa todo. Cuando estés tomando grandes decisiones, recuerda, lo que piensas de ti mismo y de tu vida es más importante que lo que la gente piense de ti. Mantente fiel a TI MISMO. Nunca te avergüences de hacer lo que sientes que es correcto. Decide que lo que piensas está bien y adhiérete a ello.
5. Ve el beneficio en ser único.
Si estás pensando como todos los demás, no estás pensando. Y si no estás pensando, no está viviendo realmente.
Es la naturaleza humana tratar de imitar a los otros humanos que miramos (tal vez a alguna figura paternal o algún famoso) especialmente cuando nos sentimos inseguros en nuestra propia piel. Pero tratar de ser otra persona siempre nos dejará una sensación de vacío interior. ¿Por qué? Porque lo que nos gusta de la gente que admiramos es su individualidad; las cualidades que las hacen únicas. Para poder copiarlos realmente, tenemos que desarrollar nuestra propia individualidad, y de esa manera, tendríamos que ser menos como ellos y más como nuestro verdadero ser.
Todos tenemos manías y perspectivas únicas. Cuanto más relajado estés con tus diferencias, más cómodo te empezarás a sentir siendo simplemente TÚ. Celebra ser diferente, fuera de lo común, un poco en el lado extraño… tu propia creación especial. Si te encuentras como si fueras un pez fuera del agua, busca por todos los medios un nuevo río donde zambullirte. Pero NO cambies quien eres, SÉ quien eres. (Lee The Road Less Traveled.)
6. Mantente completamente presente y consciente de como te quieres sentir.
Está bien saber como no te quieres sentir, pero eso no es todo sobre lo que deberías estar pensando. Imagina alguien tratando de aprender a leer, desperdiciando su tiempo enfocándose en cómo no quieren no ser capaces de leer. Realmente no tiene ningún sentido, ¿verdad?
¡Basta es basta! Olvídate de lo que no quieres sentir por un momento. Averigua cómo deseas sentirte ahora mismo, en este momento. Prepárate para vivir aquí y ahora sin lamentarte por cómo los demás te hicieron sentir alguna vez, o temer la posibilidad de juzgamiento futuro.
Si le estuvieras haciendo respiración boca a boca a tu madre en público para salvarle la vida, estarías 100% enfocado y en el presente. No estarías pensando en lo que los espectadores pensarían de tu pelo, tu cuerpo, o la marca de jeans que llevas. Todos estos detalles intrascendentes desaparecerían de tu conciencia. La intensidad de la situación te motivaría a elegir no preocuparte por lo que los demás pudieran estar pensando de ti. Esto demuestra, simplemente, que pensar en lo que los demás piensan de ti es TU ELECCIÓN.
7. Habla y vive tu verdad.
Di tu verdad, incluso si tu voz tiembla. Sé cordial y razonable, por supuesto, pero no elijas con cuidado en cada palabra que dices. Empuja a un lado tus preocupaciones sobre lo que los demás puedan estar pensando. Deja que las consecuencias de hacerlo se desentrañen naturalmente. Lo que descubrirás es que la mayoría de las veces, nadie se ofende ni irrita en absoluto. Y si se enojan, es probable que sólo sea porque has comenzado a comportarte de una manera que hace que sientan que tienen menos poder sobre ti.
Piensa en ello. ¿Por qué ser falso?
Al final, la verdad saldrá de una manera u otra, y cuando eso suceda, estarás solo de pie si has estado viviendo una mentira. Así que vive toda tu verdad a partir de ahora. Si alguien te hace pasar un mal rato y te dice: “Has cambiado”, no es algo malo. Sólo significa que dejaste de vivir tu vida a su manera. No te disculpes por ello. En lugar de eso, sé abierto y sincero, explícale cómo te sientes, y sigue haciendo lo que sabes en tu corazón que es correcto.
Reflexiones
Una vida dedicada incesantemente a tratar de complacer a la gente que, tal vez, son incapaces de ser complacidos, o tratar excesivamente de verte siempre como haciendo “lo correcto”, es el camino seguro a una existencia lamentable.
Haz algo más que simplemente existir. Todos existimos. La pregunta es: ¿Vives?
Yo, eventualmente, me di cuenta de que existir sin vivir de verdad, no era lo que quería para mí. Así que hice cambios; implementé los siete puntos de los que hable en este artículo y nunca miré atrás. Si estás en el mismo lugar que una vez estuve yo, buscando la aprobación de todo el mundo en cada pequeña cosa que haces, por favor toma este artículo en serio y empieza a hacer cambios hoy. La vida es demasiado corta como para no hacerlo.
Tu turno…
¿Cómo ha, el miedo a lo que los demás piensan, interferido en tu vida? ¿Qué te ha impedido realizar? ¿Cómo los has afrontado? Deja un comentario a continuación y comparte tus ideas con nosotros.
Publicado originalmente en MarcAndAngel.com
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