Al inicio de cada ciclo, sea que se trate de una quincena, una semana, un mes, recibes una cantidad de dinero, que debes distribuir para tus necesidades y deseos. Recuerdas que tienes que pagar algunos gastos fijos, como la electricidad y el teléfono, pero eso no es hoy, sino en unos días, así que te relajas y vas haciendo otros gastos. Así, cuando está llegando el final del ciclo te das cuenta de que te estás quedando corto de efectivo para responder a todo. ¿Qué pasó? Pues que contaste solamente el dinero.
La inteligencia financiera no es solamente acerca del dinero. Tiene que ver también con el tiempo. Por eso es tan importante la planificación, no importa si estamos hablando de un sueldo o de los ingresos de un negocio. Si quieres que las cosas salgan bien, tienes que contar bien el tiempo.
Hay gastos que conocemos desde el inicio del ciclo, como los servicios, (luz, teléfono, cable) y hay otros de los que tengo una idea estimada (transporte, compras). Cuando recibo mis ingresos, debo restar esos montos. El resultado será la cantidad de dinero que tengo disponible hoy para otros gastos. Si no los separo a tiempo, corro el riesgo de pensar que tengo un excedente de dinero y, como esa percepción es falsa, me puede meter en problemas.
Parece mentira, pero cuando se trata de administrar nuestro dinero contamos mucho con la memoria, y eso no es de ayuda porque estamos manejando muchos datos a la vez. Si los pones en blanco y negro, identificándolos y anotándolos, te puede ir mejor.
Si sabes que cada mes gastas Bs. 100 en electricidad, más Bs. 50 en transporte y además haces un mercado de Bs. 500, y por otra parte sabes que tus ingresos del mes son Bs. 1.000, lo único que necesitas es saber restar para darte cuenta de que tienes Bs. 350 disponibles para el resto de tus desembolsos. Ese monto es lo que llamamos flujo de efectivo o flujo de caja, y te da mayor claridad a la hora de tomar decisiones.
Igualmente hay gastos en los que puedes decidir en qué momento del ciclo realizarlos, como las compras de productos que nos son básicos. Te recomiendo en ese caso que no los acumules todos en una misma fecha o los juntes con tus gastos fijos, sino que los distribuyas a los largo del ciclo, para que luego no te veas agobiado teniendo que pagar todo al mismo tiempo.
Otro consejo: no postergues. Ese pago que tienes que hacer no va a desaparecer si lo ignoras. Si no haces un pago que ya conoces cuando tienes los recursos, es posible que se te junte luego con un imprevisto.
Mantén siempre en mente que el objetivo es cuidar tu salud financiera. Eso se traduce en la tranquilidad que puedes sentir cuando estás solvente, y en la posibilidad de atender tus necesidades y las de los tuyos sin que eso se convierta en un sufrimiento.
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