El miedo es una conversación y una emoción básica.
Gracias al miedo el ser humano aprendió a anticipar el futuro: ahorró, tomó precauciones, aprendió a diseñar y construir herramientas para superar las dificultades transformando el camino hacia la evolución.
Una buena noticia es tener la distinción de que el miedo es una conversación y emoción. Esta interpretación nos brinda la posibilidad de entender cómo transformar nuestras conversaciones del miedo que nos paralizan para que podamos accionar en el aprendizaje de reinventarnos. Nos ofrece una elección, en vez de someternos a la limitación de lo que creemos que no podemos lograr.
Una de las preguntas importantes en la reflexión de este tema es: ¿Puedo reconocer las conversaciones que me producen miedo y paralizan? Como por ejemplo: no lo podré lograr, no vale la pena, no sé si soy capaz, no me la creo, y otras conversaciones de juicios personales…
“Muchas veces vivimos nuestras vidas encadenados sin saber que nosotros tenemos la llave”.
Otra de las preguntas relevantes a hacerse es: ¿El miedo se vence o se supera?
Sí queremos vencer al miedo estamos en la lucha resistiendo con él, esta pelea se convierte en un mecanismo que hace que persista. Es como un círculo vicioso que nos mantiene en la lucha. Por eso está frase tan conocida: “Lo que resiste, persiste” es un ejemplo válido de que cuando estamos atrapados en el círculo vicioso de la lucha con nosotros mismos no podemos tener otra elección que hacer más de lo mismo.
Si soy consciente de que tengo miedo, en primer lugar debo aceptarlo y esto implica declarar que estoy con miedo: aprender a abrazarlo como parte de mi fortaleza y no de mí debilidad. El poder hacer una declaración comprometida con la acción a superarlo es el camino del logro.
El atreverse a movilizarse hacia el futuro implica aprender a pedir ayuda a tiempo, recursos o herramientas que me faciliten la acción de superarlo, y si me equivoco en el aprendizaje es saludable también aprender perder el miedo a que me juzguen por ello.
¿El miedo es siempre una amenaza o una oportunidad de cambio?
No es siempre una amenaza o una debilidad, por el contrario es una invitación a ir más allá de lo que yo creo que puedo; el miedo puede considerarse como un aliciente para la acción.
No es siempre una amenaza o una debilidad, por el contrario es una invitación a ir más allá de lo que yo creo que puedo
Cada vez que me comprometo en transformar el sueño o la visión en una nueva realidad siempre surge la incertidumbre y la conversación del miedo.
Como por ejemplo: No sé si podré conseguir el resultado que yo quiero, no sé cómo hacerlo, no podré conseguirlo, creo que no seré capaz de desarrollar este proyecto, no tengo dinero para generar lo quiero… y diferentes conversaciones más que nos impiden el poder accionar. Es como estar atrapado en ese círculo vicioso que mencione anteriormente de conversaciones que nos impiden una elección y una acción diferente.
El poder salir de ese círculo vicioso requiere un profundo compromiso con una nueva elección y acción.
Está nueva elección de transformar mis conversaciones que me impiden el accionar produce una cierta angustia, que la llamo angustia amorosa del ser, porque gracias a ella identifico que algo tiene que ser modificado. Para que esto ocurra es productivo saber pedir ayuda, identificar los recursos del diseño, ver las acciones diferentes que puedo generar para transformar el miedo en una nueva posibilidad de acción y compromiso con lo que desearía producir.
La pregunta fundamental es: ¿Qué sería posible que hoy no lo es?
El coaching es el arte de crear espacios de aprendizaje en donde los seres humanos crecen y se transforman, donde reflexionamos para encontrarnos con lo mejor de nosotros, y tiene que ver con el espacio de apertura que se genera para la invención de nuevos mundos.
Las preguntas fundamentales del Coaching son:
• ¿Quiénes estamos siendo?
• ¿Qué queremos lograr?
• ¿Qué nos está faltando para lograrlo?
• ¿Qué queremos lograr?
• ¿Qué nos está faltando para lograrlo?
El coaching nos ayuda a conectarnos con ese poder transformador que tenemos los seres humanos a la mano, con la posibilidad de hacer elecciones fuera del círculo vicioso que a veces solemos estar atrapados. El coaching tiene que ver con herramientas poderosas que nos ayudan a ser transformadores de la realidad.
Se trata de ser protagonistas del crear nuestra historia en vez de ser víctimas de nuestras propias conversaciones de juicios personales que limitan nuestro accionar o de las circunstancias. En vez de decir “no puedo hacerlo”, es hora de aprender a decir “¿cómo lo puedo hacer?”, y diseñar las acciones para lograrlo.
Fuente: comafi
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